Por Luis Montes de Oca
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Bernal fue una explosión de recuerdos, un alud de anécdotas un océano de vivencias y anhelos consuntos, en la sala del Museo de la Máscara, aún antes del arribo de Chucho Feregrino, a quien se le hizo un reconocimiento por la publicación de su libro más reciente;: “Bernal de mis amores” que este jueves será presentado en el mismo pueblo mágico.
Con toda discreción posible, Sarita Feregrino, convocó pidiendo discreción, para que Chucho no se enterara y así, poco a poco nos reunimos y Jesús fue requerido bajo cualquier pretexto, de tal suerte que cuando llegó y escuchó los gritos de ¡Chucho! ¡Chucho!, se quedó de una pieza, luego movió la cabeza en señal de desaprobación, pero ya era demasiado tarde, ahí estaban su amigos entrañables, su gente, su nieto Axel, que aguantó vara; estaba Oswaldo Trejo, secretario del Ayuntamiento de Ezequiel Montes, con la representación de la presidenta municipal Lupita Pérez Montes.
Sarita Feregrino, dio la bienvenida, habló de su amigo, de los amigos en común, de los que partieron, recordó a Lulú Montes de Pedraza, a Rafaela, entre otros entrañables e inolvidables bernalenses.
Sarita destacó la importancia de Bernal de mis Amores como un documento importante que guarda sus trayectorias, las familias, los hechos, la vida de Bernal cuando empezó la Asociación Bernal Pueblo Mágico y como Jesús Feregrino se sumaba a todas las tareas.
Chucho Feregrino no podía contener la emoción, estaba visiblemente consternado, como si el tiempo se le agolpara de pronto y las calles de Bernal se vistieran de nostalgia para recordarlos cantando, consiguiendo uniformes para la rondalla, organizándose para ir a Siempre en Domingo con Raúl Velazco; la organización de los primeros festivales el Solsticio y el Equinoccio.
Chucho suspiraba y suspiraban sus amigos no porque les contagiara el llanto, sino porque son las mismas vivencias de todos, aunque cada quien las tenga a su forma de vida.
Luego de un comentario de quien esto escribe sobre los proyectos editoriales de Jesús y sus grandes logros, tomó el micrófono Blanquita Castro, para recordar el Querétaro de hace 40 años, cuando su esposo le invitó a conocerlo, diciéndole que la llevaría a un pueblo donde no había nada, un lugar donde veías un papel en la calle y regresabas en ocho días ahí estaba el papel; un lugar silencioso, donde quería comprar una casa. Entonces —narró— que le había comentado: ¿y para que quieres una casa en un pueblo donde no hay nada?, pero fue así como conoció a los bernalenses, como empezaron a hacer cosas juntos, a limpiar la Peña a organizarse y lograr cosas importantes.
Como Sarita les había agradecido la construcción del Museo de la Máscara y de las fuentes danzarinas, precisó que ese museo a ellos no les había costado un centavo, pero si unos cuatro años de trabajo, de hacer antesala, de solicitar ayuda de hablar con funcionarios hasta que lo habían logrado.
Don Roberto Ruiz, también hizo uso de palabra para agradecer la amistad con los bernalenes y con Chucho, la emoción también se puso a flor de piel y tuvo que contener el aliento en varias ocasiones, pero la emoción del momento se reflejaba, las lágrimas no pudieron contenerse y en ese diálogo de amistad conmocionado, el auditorio explotó en ovaciones.
Luego de varios oradores Chucho Feregrino tomó el micrófono para agradecer a Oswaldo Trejo su presencia y enviar un saludo a la alcaldesa Lupita Pérez Montes, pero desaprobó el homenaje:
—A mí no me gustan estas cosas…
—¡Por eso no te avisamos! —grito Sarita Feregrino en tono festivo y con la risa cómplice de los demás.
Chucho retomó el aliento, se controló aunque era más que evidente la emoción de conocer de viva voz el respeto y todas las muestras de cariño: las preseas y los demás es material, y sólo aspiro a que me sigan queriendo como soy, a que sigan siendo mis amigos y hermanos.
En obvio de espacio, no transcribimos todo el mensaje y el vasto anecdotario, porque además perdería el sabor al ponerlo en letras, pero si podemos señalar que fue una tarde bernalense donde estuvimos presentes todos, inclusive dos estrellas sobre una pantalla, que para el fotógrafo era el destello del flash y para Jesús la presencia de su madre y esposa.
Este jueves será la presentación de Bernal de mis Amores y seguramente será un terremoto de emociones. Hasta entonces.
Vale.