En Medio Oriente, perdida en el desierto, se encuentra Shibam, un lugar lleno de torres, todas juntas y apretadas que desafían en altura al resto de edificaciones vecinas.Los edificios que se levantaron hace 400 años, que siguen existiendo hoy y siguen estando habitados, son construcciones de hasta 11 plantas y más de 40 metros de alto. Eso sí, todo dentro de una traza cuadrada de unos cinco metros de lado, apenas 25-30 metros cuadrados. Porque cada una de esas torres esbeltas es una única vivienda. A todos los efectos, son rascacielos unifamiliares. Cada uno arranca con los establos (actualmente garajes) en planta baja y culmina con los dormitorios en los últimos pisos. Entre ellas, una o dos plantas nobles, a menudo de doble altura o altura y media, que alivian la carga de los muros exteriores mediante esbeltos pilares de madera.