
Redacción/Quadratín Querétaro
QUERÉTARO, Qro., 5 de agosto de 2025.- A más de medio año de asumir el cargo, el presidente municipal de Tequisquiapan, Héctor Magaña, emanado de Morena, sigue sin dar resultados concretos frente a las presuntas irregularidades financieras heredadas por la administración anterior.
Aunque su gobierno ha promovido auditorías internas que revelaron desvíos millonarios y falsificación de documentos en programas sociales y obras públicas, hasta ahora no se han presentado sanciones ni avances visibles en el esclarecimiento de los hechos.
Según información oficial del propio gobierno municipal, las supuestas anomalías detectadas en la cuenta pública 2024 fueron notificadas a la Entidad Superior de Fiscalización del Estado (ESFE), destacando pagos indebidos por obras no concluidas, apoyos sociales contabilizados pero nunca entregados, y firmas falsificadas en documentos utilizados para justificar estos recursos.
A pesar de la gravedad de las observaciones, Héctor Magaña ha optado por no transparentar públicamente el seguimiento de estos casos.
Uno de los casos más delicados es la permuta presuntamente ilegal autorizada por el expresidente Antonio Mejía Lira en favor del hotel-balneario El Relox, realizada presuntamente sin el aval normativo correspondiente.
Magaña, quien durante campaña prometió llegar al fondo de esta transacción, no ha emitido declaración alguna sobre el asunto desde su llegada al cargo, ni ha tomado medidas claras para recuperar el predio o proceder legalmente.
A esta falta de acción se suma el señalamiento de que durante la pandemia por COVID-19, varios hoteles emblemáticos de Tequisquiapan fueron adquiridos a precios de remate por el entonces alcalde Mejía Lira, aprovechando supuestamente la crisis económica y cerrando la puerta a los hoteleros locales para renegociar sus deudas o acceder a apoyos.
Hoy, estos negocios representan una fuente importante de ingresos privados, mientras la economía local y el turismo comunitario continúan debilitados.
El alcalde ha reiterado un discurso de compromiso con la honestidad y la transparencia, asegurando que su administración trabaja “sin mentir, sin robar y sin traicionar al pueblo”. Sin embargo, frente a hechos concretos de corrupción documentada, la omisión también pesa. Para muchos ciudadanos, la falta de resultados no solo representa un incumplimiento de promesas, sino también una oportunidad perdida para limpiar la administración pública municipal y hacer justicia.
En un municipio que depende ampliamente del turismo y de sus programas sociales para mantener activa la economía local, los desvíos no atendidos y la impunidad ante posibles actos de corrupción golpean directamente a la ciudadanía. Mientras tanto, la administración actual mantiene un discurso de combate a la corrupción, pero sin acciones que lo respalden. La exigencia crece: que los responsables enfrenten consecuencias y que el gobierno de Héctor Magaña pase del discurso a los hechos.

